Un poco de Historia

17.11.2014 14:17

Muchas han sido las armas, o sus mejoras, que en el momento de su aparición han supuesto una determinante ventaja para aquel bando que la ponía en juego. Esto fue lo que ocurrió con los enormes arcos que utilizaron los ingleses en la batalla de Crécy en 1346, de los que sacaron una gran ventaja que les llevó a la victoria. Por supuesto, no fueron los primeros en utilizar arcos, pero las mejoras que hicieron en estos y su forma de incorporarlos a la lucha supuso un importante daño en las filas francesas, literalmente.

Hechos de madera de tejo y tan altos como el propio arquero, requerían una enorme fuerza para armarlos y disparar con eficiencia y puntería. Seguramente llevara años de entrenamiento convertirse en un arquero de élite. Uno de estos “guerreros de élite” podía hacer que la flecha alcanzara su objetivo a unos 300 metros de su posición, lo que viene a ser la longitud de tres campos de fútbol, para que se hagan ustedes una idea. Lanzaban las flechas al aire causando una letal lluvia sobre el enemigo. En otros casos el tipo de ataque era diferente, por supuesto. El ataque "aéreo" sobre un grupo de caballeros, no sólo provocaba muertos y heridos, sino que hacía que los caballos rompieran las filas al ser alcanzados, lo que tiraba por tierra la eficacia del ataque montado.